Las situaciones o sucesos de la vida suelen ser cargados con un alto componente de subjetividad, es decir una realidad fáctica, se convierte al pasar por el filtro de un individuo en una condición cargada por los valores, creencias, temas culturales, sociales entre otros en opiniones subjetivas, e incluso tal proceso conlleva a tipificar tales situaciones con etiquetas de bueno, malo, afectación, negativo, positivo.
Situaciones fácticas, como la lluvia, que es un proceso natural y constante, puede generar diversas emociones o matices para los individuos, aunque se trate del mismo hecho. Un mensajero, que, debido a las nuevas dinámicas tecnológicas, antes era un asalariado, pues cumplía un horario en una empresa, ahora se convierte en su propio jefe y por ende sus ingresos se encuentran correlacionados con la cantidad de diligencias que puede hacer en un periodo de tiempo, es claro que ve la situación de la lluvia, como un proceso enemigo, que va en contra de sus ingresos.
Pero en la misma ciudad y con la misma lluvia, la persona que se dedica a las ventas ambulantes también es su propio jefe, ve la lluvia como su agosto para vender paraguas en las estaciones del transporte público, lo que implica que la lluvia para ese personaje se convierte en un aliado, pues sus ingresos serán en proporción a la aparición de la lluvia en la ciudad, lo cual evidentemente lo hará desear que el evento de agua se repita.
Este preámbulo, podría no tener relación con el tema a tratar en el presente escrito, sin embargo, tiene todo que ver. El punto base de la posición radica, en que se siente el tema del COVID 19 de forma genérica, como un suceso negativo. El texto no pretende desdibujar las situaciones que ha traído la pandemia al mundo, pero si procura que la situación del coronavirus sea tomada como lo que realmente es, un evento no deseado el cual debe dejar sendas enseñanzas o lecciones aprendidas.
De acuerdo con el argumento expresado líneas arriba, replanteo el interrogante ¿En qué medida el COVID-19 está afectando la ruralidad? a un nuevo interrogante ¿Qué lecciones puede dejar la aparición del COVID-19 a la ruralidad? La respuesta a este ultimo interrogante debe permitir describir algunas de las situaciones sensibles de mejora para el sector rural, y que ha revelado la aparición de la pandemia.
De los documentos analizados, se considera que el artículo “Leche en mal estado, verduras podridas y un sistema alimentario muy roto” deja en manifiesto la fragilidad que existe a nivel mundial sobre la alimentación. En los últimos años la especialización en la agricultura es una forma de reducir costos, pero el coronavirus demuestra que dicho enfoque presenta debilidades (Clapp, 2020).
La teoría sobre la Interdependencia y Ganancias Derivadas del Comercio, es decir la conceptualización sobre la especialización, el comercio y las ventajas comparativas, han sido didácticamente expresados y formulados en uno de los 10 principios de economía en el libro para iniciados en temas de economía escrito por el profesor Mankiw. En el capítulo 3, se presenta una historia sobre una Ganadero y un Agricultor, en dicha historia el Ganadero convence que debido a la especialización de cada uno y gracias al comercio ambos podrían beneficiarse, es decir los pueden consumir más carne y más patatas (Mankiw, 1998).
La historia entretenida, tuvo un final feliz, sin embargo, se le olvido al autor informar que pasaba sí las vacas del Ganadero presentaban fiebre aftosa, o el Agricultor era presa de las heladas que suelen atacar a los productores en la sabana de Bogotá. Suponiendo que el Ganadero sufrió la pérdida de su ganado por el Coronavacas un virus letal, básicamente existirían al menos dos finales, pero ninguno feliz, ya que nadie es feliz comiendo solo patatas.
El primero es que la comunidad rural brindara apoyo a los Ganaderos mientras se realiza una recuperación del sector, y el segundo final quizás similar a la viñeta del hacendado o a la historia de Mahmud Haj (Bernstein, 2016), en donde el Ganadero emigra a la gran ciudad frunciendo como rentista de la Tierra, o termina trabajando la tierra por un salario.
Al menos la pandemia actual ha permitido entrever las situaciones que trae consigo la especialización del espacio por lo menos en el ámbito rural. No se pretende dejar una connotación negativa sobre la especialización y el comercio, sin embargo, se puede ver dicho enfoque debe ser motivo de cambios, renovaciones o actualizaciones. Algunos expertos en temas económicos manifiestan que el país debe revisar la supuesta dotación de tierra y agua, como una ventaja comparativa (Econometría Consultores, 2020).
La propuesta que se realiza por parte de los consultores, presenta muchos aspectos que son necesarios y que no deberían aparecer en la agenda por la situación actual, sino como un programa de largo plazo a través de los Planes de Ordenamiento Territorial. Tales aspectos son el mejoramiento de vías terciarias, acueductos y alcantarillados, salud rural, educación o en palabras de Angela María Penagos “la política para garantizar un abastecimiento suficiente y estable requiere de un gran pacto intersectorial por el desarrollo rural en Colombia, buscando proveer condiciones de conectividad y de infraestructura a los territorios rurales para que la producción de alimentos y la operación de los sistemas agroalimentarios” (Penagos, 2020).
Abogar por una especialización rural del país, en donde tan solo el 15.8%[1] de la población es rural. Es un momento de cambio, pero la historia demuestra que la solución no es volcarse netamente a un desarrollo rural. Se considera que es momento de pensar como sociedad y no en dialécticas ciudad, campo, ya que ambas categorías no son rivales, no tienen jerarquías, son de por sí un todo, pues ambas son necesarias para la subsistencia humana.
Cualquier cambio realizado en pro del bienestar de la sociedad que no contemple de forma integral lo urbano y lo rural, podría desencadenar cambios negativos como lo expresa Shah “Ocurre lo mismo con las enfermedades transmitidas por mosquitos, ya que se ha establecido que existe una relación entre el advenimiento de epidemias y la deforestación” (Shah, 2020). Se debe pensar en soluciones integrales que incluyan el territorio de forma general para no terminar como el Ganadero devastado por un virus y comiendo solo patatas.
REFERENCIAS
- Bernstein, H. (2016). Dinámicas de clase y transformación agraria. Barcelona: Icaria Editorial.
- Clapp, J. (8 de Mayo de 2020). Leche en mal estado, verduras podridas y un sistema alimentario muy roto. Obtenido de The New York Times: https://www.nytimes.com/2020/05/08/opinion/coronavirus-global-food-supply.html
- Econometría Consultores. (17 de Abril de 2020). La República. Obtenido de https://www.larepublica.co/analisis/econometria-consultores-2889073/cadena-alimentaria-base-para-una-nueva-apuesta-de-desarrollo-2993598
- Mankiw, G. (1998). Principios de Economía. Madrid: McGraw Hill.
- Penagos, Á. M. (14 de Junio de 2020). El Espectador. Obtenido de https://www.elespectador.com/noticias/economia/seguridad-alimentaria-en-colombia-en-el-marco-de-la-pandemia/
- Shah, S. (01 de Marzo de 2020). Le Monde Diplomatique. Obtenido de https://mondiplo.com/contra-las-pandemias-la-ecologia
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